Repasa el polimórfico modo con el que presentan varios escritores castellanos las escenas de guerra en sus producciones poéticas. Tales descripciones resultan mucho más líricas que las que aparecen en las crónicas históricas. El autor hace un ejercicio comparativo entre Juan de Mena, el Marqués de Santillana, Gómez Manrique y otros escritores del siglo XV a la hora de componer sus escenas bélicas, estudiando hasta qué punto se adecuan a los tópicos que imponía la tradición historiográfica y literaria a este tipo de descripciones (por ejemplo, en la arenga militar o la mención a la prototípica valentía del capitán). De ese modo, se consiguen nuevas «claves para comprender el proceso de escritura de un determinado autor, al tiempo que permite precisar el sentido y la orientación (ideológica, política, artística) que dicho autor confirió a su texto» (p. 848).