La imprecisión terminológica a la hora de referirse a los géneros literarios medievales, y, en particular, a las formas narrativas breves, lleva al autor del artículo a plantearse la validez de las etiquetas que impone la crítica moderna. Desde la perspectiva de que se trata de un acto de comunicación válido, recuerda que para el público medieval esta imprecisión no resultaba un obstáculo para la comprensión. Se trata, sin embargo, de algo que parece centrar los desvelos de los críticos.