Rastrea la fortuna de la materia ficcional troyana en las novelas de caballerías del siglo XVI, tomando como objeto central de análisis el conjunto de obras que forman el ciclo de Amadís de Gaula. El punto de partida lo ofrece Garci Rodríguez de Montalvo, que se basó en las versiones que sobre la guerra de Troya circulaban en Castilla a finales del siglo XV. El aprovechamiento que este autor hizo de la materia troyana, de la que destacaba su mezcla de escenas bélicas con otras amorosas o elementos maravillosos, marcó una pauta que los continuadores del ciclo amadisiano conservaron de manera general, pero sin excluir las innovaciones que imponía la necesidad de renovación del género.