Estudio de una cuestión no resuelta sobre los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo: se trata del orden de los dos últimos capítulos, «La iglesia robada» y el «Milagro de Teófilo». Como el autor considera que el planteamiento estructural y estético no permite descartar ninguno de ambos finales, analiza los manuscritos implicados en la transmisión ya que considera que «el camino de la crítica textual [...] ofrece mayor seguridad» (p. 248). De este modo, apuntando los manuscritos que transmiten estos dos milagros finales (Q, F, M, I) y afirmando que las copias de Q son las más fiables, llega a la conclusión que «puesto que el orden de Q no es necesariamente erróneo, debemos atenernos a él, como manuscrito más cercano al original de Berceo [...] de esta manera, el lector podrá seguir mejor el proceso de composición de los milagros: [...] un primer final más notorio, el de «Teófilo», y una adición posterior que confiere al poema un segundo y definitivo cierre» (p. 254).