Partiendo de la premisa que la ficción sentimental falsea la realidad y que los escritores de esta ficción crean una imagen homogénea y ordenada del mundo, exponiendo una filosofía dogmática de la vida y de la naturaleza del amor, la autora analiza dos aspectos: el esbozo de la personalidad básica de los enamorados y las coordenadas espacio-temporales, para demostrar «la conexión entre las falsas imágenes de la realidad que aparecen en las obras y el denodado esfuerzo de los sectores privilegiados para adaptarse a las nuevas bases históricas» (p. 226). Se toman en consideración obras como Cárcel de amor, Siervo libre de amor, Triste deleytaçión y Grisel y Mirabella.