En el amplio estudio introductorio traza un cuadro de conjunto de la literatura militar en el Medioevo y el Renacimiento, tras lo que reconstruye los hitos fundamentales en la trasmisión de Frontino durante la Edad Media, con el hito fundamental de Petrarca. Sigue sus huellas en la Castilla del siglo XV (sin olvidar la significación de la versión catalana), especialmente en su recepción (manuscritos y lectores de la versión latina) y resume por fin los escasos datos conocidos sobre el traductor, Diego Guillén de Ávila. Transcribe la edición de Salamanca, 1516.