El relato de Pelayo ha venido siendo considerado como un discurso histórico e incluso historiográfico. Los historiadores, en general, han admitido esta premisa, pero apenas se ha valorado el problema de la narratividad en las crónicas asturianas, como sí han planteado los investigadores de literatura medieval (Menéndez Pidal, Díaz y Díaz y recientemente Georges Martin). Ellos subrayan sobre todo la naturaleza literaria del relato de los orígenes de la monarquía asturleonesa. Para el autor, Pelayo es un arquetipo político y un héroe épico y desde ese punto de partida plantea su estudio. Desde lo que él llama «perspectiva diacrónica» se acerca a la naturaleza del tiempo narrativo y la coherencia del discurso en su contexto -crónicas del siglo IX. Una segunda perspectiva «sincrónica» revela los mecanismos narrativos a través de los cuales se construye el personaje central. Finalmente trata de la naturaleza simbólica de Pelayo y la noción de tiempo histórico en la cronística cristiana.