Analiza las aportaciones de Alfonso de Madrigal en la conformación del Derecho de Gentes, en especial en lo que se refiere a las causas de la guerra. Señala como la falta de teorizaciones previas obligó al Tostado a concebir el ius gentium como parte del Derecho Natural. Tras insertar al autor castellano en la tradición clásica y escolástica, de San Agustín a Santo Tomás, se detiene en el problema de la justicia o injusticia de las confrontaciones bélicas. Para el Tostado, la guerra justa debe subordinarse a la consecución de la paz, por lo que no la acepta como medio de conquistar nuevos territorios o como simple agresión. Además de los motivos, tiene en consideración una serie de normas que regulan el enfrentamiento y que, en todo caso, contemplan la conflagración como salida última, una vez que se han agotado otras vías de entendimiento, como la judicial.