Parte de las indagaciones de Richard Southern, que a su vez revisaba las tesis desarrolladas por Adolf Mussafia, e inserta Los milagros de Nuestra Señora en la corriente de miraculística mariana que surge a partir del siglo XIII. La amplia difusión de estas colecciones, unida a ciertas lagunas documentales, dificultan la identificación de los antecedentes de Berceo, aunque ello no impide establecer filiaciones con las obras de Anselmo de Bury, Domingo de Evesham, Guillermo de Malmesbury, Adgar o Gautier de Coincy. El autor relaciona la composición de Los milagros de Nuestra Señora con un encargo del monasterio de San Millán, lo que no supone necesariamente que Berceo tuviese una relación estrecha con dicha casa de religión, pues sería clérigo secular y no monje. El artículo incluye al final una tabla en la que se comparan la obra de Berceo con las principales colecciones miraculísticas marianas latinas y románicas.