Se estudia aquí un registro de cerca de mil etimologías que utiliza Alfonso en la Estoria de España, la General estoria y en las Siete partidas. El autor se pregunta fundamentalmente por qué colocó tantas etimologías Alfonso en sus obras y qué significación tienen ellas en su pensamiento. Se trata de un libro complejo en el que se observa que las etimologías alfonsinas estaban al servicio de la idea imperial, pues cumplían una clara función en estas obras. Alfonso pretendía escribir sus obras tanto históricas como legales en una lengua imperial y las etimologías cumplían la función de demostrar su sabiduría. Es importante el Apéndice II (pp. 447-549) en el que se elabora un largo listado de etimologías extraídas de dichas obras alfonsinas.