Ofrece un completísimo dibujo de las formas narrativas breves en la literatura latina medieval, particularmente de los exempla, tanto en el formato de los Dichos y hechos de hombres memorables de Valerio Máximo como de las fábulas, entendidas en su sentido clásico de «historias», bien sea recogidas en recopilatorios o en formato independiente. Así se explica el salto que se produjo desde la época clásica a la Plena Edad Media en lo que respecta a estas formas y el modo en que proliferaron a partir del siglo XI. El desarrollo al que llegaron estos cuentos latinos a lo largo de los siglos siguientes va de la mano con el de los cuentos en lengua vulgar. De hecho, ambos están íntimamente ligados: son muy habituales las traducciones de recopilatorios latinos al romance; el artículo analiza el modo de llevar a cabo estas traducciones a partir de varios ejemplos. Por todo ello, «no se concibe la evolución del cuento a lo largo de toda la Edad Media sin esa fértil relación que las literaturas vulgares mantuvieron con su lengua madre» (p. 94).