Presenta un salterio bilingüe prealfonsí (finales del s. XII, primeros decenios del s. XIII), de probable origen toledano. La novedad del hallazgo es grande, puesto que sitúa en una misma época los romanceamientos bíblicos que parten del latín que los que parten del hebreo y, además, se trata de un texto que puede entrar en relación con tradiciones anglosajonas que se creían ajenas a las peninsulares. El estudio, una breve presentación anuncio de la edición completa del texto, se cierra con una muestra de la edición del Salmo 32:1-11.