La metáfora del «coeur amoureux» se estrena en la iconografía de textos profanos manuscritos a partir de la segunda mitad del siglo XIII con las miniaturas que acompañan el Roman d'Alexandre, el Roman de la Poire y el Roman de la Rose. Su aparición artística se configura como reflejo del mismo motivo literario desarrollado en la poesía medieval francesa por Thibaut de Champagne y Gace Brulé. En concreto, se trataría de la adaptación «a lo profano» de un tema religioso de la literatura patrística y monástica mediolatina, o sea, «le coeur comme siège de l'amour divin».