Estudia los cambios introducidos por Ramón Menéndez Pidal a su Manual de gramática histórica que implican toda una evolución en sus concepciones lingüísticas. Establece en este proceso dos etapas. La primera comprende los años 1904-1918 (primeras ediciones de la obra) en que el filólogo asturiano se apoya en el método neogramático para componer su Manual. En la segunda (1925-1940), adiciona las ideas del tradicionalismo así como consideraciones estéticas, sociológicas y (socio)históricas con las que matiza la postura neogramatical. Esto le permite insertar el concepto de cambio lingüístico en una tradición, es decir, como fruto de un proceso y de una comunidad.