Reinterpreta el citado pasaje de Berceo de acuerdo con una revaloración de la estructura condicional que en él se contiene. A partir de las conclusiones que ofrece dicho texto medieval, critica el apriorismo que se suele aplicar en el análisis de las condicionales castellanas, basado en un criterio lógico y en la realidad formal del latín clásico, cuya perpetuación lastra la investigación lingüística sincrónica y diacrónica española.