Traza un recorrido de los relatos sobre Troya, desde la recepción de Homero, en la Grecia clásica, hasta más allá de la Edad Media. La autora se detiene en la difusión de la materia troyana durante los siglos medios, a través de las versiones de Dares y Dictis, de Benoît de Sainte-Maure y de Guido delle Colonne. Se dedica un apartado a la materia troyana en España, con alusiones a las traducciones y adaptaciones de Sainte-Maure y de Colonne, como las de Pedro de Chinchilla, Martínez de Heredia, la General estoria o las Sumas de Leomarte; a traducciones de la Illiada y de la Ilias Latina, como la de Juan de Mena; o a obras que contienen alusiones más o menos explícitas, tal que Curial e Güelfa.