El estudio de las virtudes que adornan el código de comportamiento de Zifar revela no sólo la formación clérical y escolástica del autor de la obra, Ferrán Martínez, sino también su propósito de ofrecer un modelo de conducta caballeresca, explicitado tanto en las acciones del protagonista como en la sección central del relato o Castigos del rey de Mentón. Esta última, además, muestra la aplicabilidad de la propuesta del Libro del caballero Zifar, toda vez que Roboán asume y lleva a la práctica en la tercera parte las enseñanzas transmitidas por su padre. Por lo demás, la voluntad didáctica de la obra tiene repercusiones que afectan incluso a sus mecanismos compositivos. Así se explica, sin ir más lejos, la escasez de datos físicos sobreel protagonista, que contrasta con aquellos rasgos que ayudan a construir su etopeya.