El autor adopta desde el inicio una controvertida postura, como es la de intentar desentrañar los factores de subversión subyacentes en un variado abanico de obras de la literatura hispánica de los siglos XV a XVII, señalando especialmente los factores de lucha entre grupo oprimidos y opresores que se pueden obseervar en tales obras. En este sentido, los análisis que interesan al medievalista se encuentran en la introducción (donde se revisa el poco conocido Libro de los pensamientos variables, BETA Texid 3373) y en los capítulos 1 a 5, dedicados a la famosa Querella de las mujeres en su más amplio sentido, prosa y verso, así como a la Carajicomedia y a La Celestina. El análisis del autor es muy sugerente en ocasiones, pero cae en la tremenda contradicción, desde su perspectiva inicial, de obviar como categoría analítica el más certero factor de subversión de la época, como era la problemática sobre la pureza de sangre, el casticismo oficial y el problema en general de los conversos.