Repasa algunos de los principales retos que imponen las nuevas tecnologías a la concepción del texto y a los modelos de lectura que se derivan de estas novedades. Entre los aspectos que aborda se encuentran el desarrollo de los libros electrónicos y su relación con el libro impreso, así como el concepto de biblioteca digital, sus varios tipos y la necesidad de clasificarlas de acuerdo con una nueva terminología en virtuales patrimoniales, virtuales generalistas, textuales y repositorios. También reflexiona sobre diversos ejemplos de bibliotecas virtuales y textuales, con las herramientas y los recursos que ofrecen, o sobre las bibliotecas hipertextuales y las plataformas de conocimiento, que surgen a partir del concepto de hipertextualidad. Plantea todas estas innovaciones, no como amenaza a modos tradicionales de practicar la Filología, sino como retos que han de abrir nuevas vías de desarrollo de esta disciplina.