Estudio de esta obra, de la que además se dan a conocer cuatro manuscritos nuevos a los reseñados en 1941. Se trata de una visión inserta en la carta a un dominico donde se hace un dibujo apocalíptico de los males de la Iglesia, para cuyo remedio se hace un llamamiento a franciscanos y dominicos, con una presencia llamativa de las figuras de san Isidoro y de Santiago, razón por la que a partir de finales del s. XIII es asociada a la literatura profética y a Joaquín de Fiore. Debió tener bastante difusión (existen cuatro copias en Italia, tres en Francia, dos en Gran Bretaña y Suecia y fue copiada en la vida de santo Domingo de Dietrich de Apilda). El destinatario de la carta es Jacques de Vitry, con quien Tuy mantuvo contacto en la década de 1230. Los autores vinculan el relato a Sueiro, provincial de los dominicos y a quien Tuy dedicó su Miracula Sancti Isidori. Proponen el año de 1234, a su vuelta de Roma a León, como fecha de composición.