Asumiendo principios de la crítica feminista, la autora parte de la naturaleza sexuada de la experiencia del tiempo vital y su organización social, que en la civilización occidental asume el punto de vista del varón adulto. Este presupuesto metodológico lo aplica a dos obras medievales que abordan los modelos ideales de vida femenina: el Livre des Trois Vertus de Christine de Pisan y el anónimo Castigos e dotrina que vn sabio daua a sus hijos. Entre ambos observa tratamientos dispares, pues el primero proporciona una visión más rica y compleja, vinculada al propósito de su autora de que las mujeres adquiriesen el control de su propio tiempo, mientras que el anónimo castellano sólo se detiene en el tiempo femenino desde la perspectiva de la mujer casada y asume, por tanto, el discurso masculino de la ideología dominante.