El autor trata del espacio del corazón como «centro de la vida corporal, afectiva, ética, intelectual y espiritual» (p. 45) en la literatura caballeresca, y en especial su relación afectiva con el sentimiento de la ira, de gran importancia en los tiempos medievales como lo prueba el hecho de que incluso fuera cuasi institucionalizado en algunos mecanismos jurídicos como la ira regia. El análisis de la diferencia entre ira y saña, así como la importancia de sentimientos afines como los celos, se enhebra a través de un pormenorizado análisis de varios capítulos de Amadís de Gaula.