Para la autora, la hipótesis que el seseo andaluz se debe a la influencia del sustrato mozárabe se ha basado principalmente en razones extra lingüísticas que pretendían establecer una línea de continuidad con los reinos visigóticos. Pero un exhaustivo análisis de los sistemas sibilantes de ambas lenguas, así como diversas consideraciones geográficas, demuestran que el origen de esta característica dialectal debe buscarse en un proceso lingüístico interno del propio dialecto andalusí.