Establece una tipología de los componentes espectaculares que las ciudades organizaban para la ceremonia de la recepción real en el ámbito de la Corona de Aragón en la Baja Edad Media (ss. XIII-XV). Entre ellos analiza el combate naval, la aparición de hombres salvajes, la lucha de «cavallejos» (hombres disfrazados de caballos), el uso de emblemas regios y la reproducción de hazañas bélicas de la monarquía. Destaca el hallazgo que supone la identificación de tres triunfos que implican la temprana recepción de Petrarca en la Península: un Triunfo del amor representado en Barcelona en 1397 con motivo del matrimonio entre Martí, hermano de Juna I y María de Luna; un Joch de la Glòria Mundana que refleja el Triunfo de la Fama, con motivo de la entrada de Martí, su esposa y su nuera, la reina de Sicilia, en 1402 y un Entremés de la Mort, vinculado al Triunfo de la Muerte, representado con motivo de la coronación en la alfajarería de Zaragoza de Fernando de Antequera y que le debió impresionar tanto que lo hizo repetir tres días después para su esposa.