«Los procedimientos de ordenación textual, como se ha señalado, responden a la pretensión por parte del emisor de crear un discurso planificado, motivado por el interés de guiar al destinatario en la comprensión e interpretación de las informaciones. Desde este supuesto, la inscripción en el texto de los dos sujetos del discurso frente al anonimato puede ser la clave para entender la diferencia formal que hemos advertido entre ambas obras. Por ello, y pese al carácter limitado de este estudio, creo que son razones de índole pragmática las que nos pueden ayudar a trazar el desarrollo de estas unidades en la historia de los textos» (p. 244).