El exilio del Cid implica un viaje desde Vivar, su lugar de nacimiento, a Valencia. La descripción de ambos lugares en el Cantar de Mio Cid es significativa, en cuanto que Vivar se muestra como un lugar asolado y Valencia es rica y fructífera. Aunque esto podría entenderse como una imagen meramente física de estos lugares, la descripción de Vivar aparece cuando el Campeador está pobre y tristísimo mientras que, por otro lado, las maravillas de Valencia se describen cuando el Cid se halla cerca del fin de su destierro, feliz y rico. Esta relación entre la tierra y el estado anímico de su dueño semeja la Tierra Yerma, por lo que este artículo intenta hallar si Vivar y Valencia son dos ejemplos castellanos del famoso mito folklórico.