La copia conocida es posterior a 1481 por aludir a la muerte del Gran Turco; la traducción de esta epístola de Pio II está condicionada por los sucesos políticos castellanos (la actitud hacia los judíos y la guerra de Granada). La versión va firmada por Fernando de Córdoba, prior del monasterio jerónimo de Buena Vista (Sevilla), personaje que no se ha podido documentar; los editores proponen identificarlo con su homónimo e introductor del platonismo en España, que estaba en la corte pontificia donde recibió beneficios eclesiásticos.