Explotando las posibilidades del alfabeto árabe para transcribir el español, los letrados mudéjares favorecieron el cruce de palabras cercanas graficamente, pero sin relación semántica. Es el caso del giro en poridat. Esta modalidad, cuyo significante escondía irónicamente el arabismo del significado, resume el espíritu de prudencia por el cual se guiaban los mudéjares en el aspecto político.