Estudia los sonetos del Marqués de Santillana, prestando atención, no tanto a la huella petrarquista que se percibe en ellos, sino, en concreto, a la idea que del soneto, tal y como lo concibió Petrarca, se hacía López de Mendoza. El enfoque, como afirma la autora del artículo, da lugar a «un análisis cuasi-psicológico de un personaje pre-psicológico en torno a los deseos suscitados por una forma lírica» (p. 77). A través de la concepción, elaborada por René Girard, del deseo como relación a tres, entre el sujeto, el objeto y un mediador del deseo, el autor observa que el deseo que expresa Santillana en sus sonetos remite, en última instancia, a los deseos del propio Petrarca, de tal manera que es a este a través de quien, en el fondo, desea el poeta castellano.