En líneas generales, la crítica tiende a ver en el Libro de Fernán González una obra de corte clerical y naturaleza épica, centrada en la figura de Fernán González. Bajo este prisma, la primera parte de la obra parece una simple introducción, sin mayor trascendencia. Sin embargo, para la autora del artículo, el Libro sería menos la historia del héroe castellano que la de Castilla: en este sentido, Fernán González se convertiría en el símbolo del reino, sólo importante en la medida en que representa a Castilla. A partir de ese momento, cambia radicalmente la interpretación y lectura de esta primera parte, para cobrar visos políticos e historiográficos en lugar de épicos.