La autora analiza la problemática descripción de la relación entre la jurisprudencia y la ficción en la novela de Juan de Flores, Grisel y Mirabella, tomando como axiomática la afirmación de Deyermond de que la influencia de la novela en la vida de las personas fue más fuerte que en la literatura y considerando que en la obra se refleja de manera patente el momento en que las fronteras entre la ley y la literatura estaban en mutación y redefinición.